Esta pasada semana he comenzado junto con mis compañeros de la clase de biología un experimento, que durará varios meses: se trata de crear un mesocosmos. Realizamos esto aislando una planta en un recinto cerrado y esperando que esta sobreviva.Nosotros hemos elegido unas crasas, ya que son plantas muy resistentes que no necesitan muchas atenciones.
El experimento que estamos realizando comenzó cuando bajamos al invernadero y trasplantamos las crasas de su maceta original a los tarros, con abundante tierra. Posteriormente subimos a el aula de biología y procedimos a regar las plantas. Las cerramos y terminamos de asegurarlas con cinta aislante. Por último, las colocamos en el alféizar interior de la ventana. Ahora solo nos queda esperar para ver su evolución y con suerte su supervivencia.
Lo que mis compañeros y yo pretendemos averiguar es si las crasas resisten dentro del tarro unos cuantos meses. Pero, ¿cómo puede ser eso posible? Pues bien, esto puede lograrse gracias a que el agua se evapora gracias al calor obtenido del sol y al condensarse regará las plantas de nuevo. Podrán realizar la fotosíntesis como en cualquier otro lugar y obtendrán nutrientes de la tierra en la que las hemos plantado. La parte más peliaguda llegará cuando los nutrientes de la tierra se acaben, ya que tendrán que nutrirse de los desechos que ellas mismas produzcan.